Schlagwort-Archive: sostenibilidad_ecológica

Benharmonia – Diálogo

Benharmonia – Nuestra sociedad más allá del capitalismo

Maya y Helena están discutiendo cómo se puede hacer sostenible el sistema económico actual.

Se les ocurre una solución sorprendente, pero que en última instancia es lógica y factible.

Personajes:

 Maya:    Una joven, experta en tecnología, pragmática e idealista.

Elena:    Una anciana, activista experimentada y con mucho sentido del humor.

El texto puede utilizarse como se desee. Las referencias no son obligatorias.

 ¡COMPARTA ESTO, POR FAVOR!

1.    Introducción: Hemos comido sushi.

* La escena comienza en una terraza con vistas a una animada ciudad. Es un caluroso día de verano y los cuatro están tomando algo juntos.*

**Maya** (mira a la ciudad y suspira):

«Parece que el mundo se está desmoronando. Todo gira en torno al beneficio, mientras cada vez más personas sufren y la tierra gime bajo la presión. ¿Cuánto tiempo más puede seguir así?».

**Maya** (sonriendo):

«Así es, pero mientras el mercado de valores suba, ¿a quién le importa, verdad? E incluso si se pescan todos los peces de los océanos, entonces podríamos decir que al menos hemos comido sushi alguna vez».

**Helena** (sonríe irónicamente):

«Estás bromeando, pero ese es exactamente el problema. Durante décadas, los científicos nos han advertido sobre las consecuencias de nuestras acciones, pero simplemente no escuchamos».

**Maya** (desesperada):

«Pero seguro que sabes que todos somos parte del problema».

**Helena** (enfadada):

«¡Sí, esa es la tragedia! Todo el mundo quiere más salario, pensiones más altas, más prosperidad, aunque hace tiempo que intuimos que algo no va bien en esto».

**Maya** (pensativa):

«Hmmm. Los medios de comunicación informan sobre el cambio climático provocado por el hombre y sobre la creciente desigualdad, pero al mismo tiempo lamentan el estancamiento del crecimiento económico.

Como si los dos no tuvieran nada que ver».

**Helena** (frustrada):

«Sí, si la economía sigue creciendo, se emitirán cada vez más gases de efecto invernadero. No debemos olvidar que la producción se lleva a cabo principalmente en países que no se preocupan por el clima.

Y los crecientes beneficios de los empresarios están agravando cada vez más la desigualdad».

**Maya** (irascible):

«Tienes toda la razón. Los políticos no llegan al fondo de las causas, solo dan excusas poco convincentes. No es de extrañar que nuestra sociedad esté cada vez más dividida».

**Helena** (sermoneando):

«Sí, lo único que valora la política es el crecimiento económico constante. Hemos interiorizado esta idea errónea de que sin crecimiento económico todo se derrumbaría. Pero eso es simplemente falso».

**Maya** (sorprendida):

«Tienes razón, todos los sistemas naturales luchan por el equilibrio para sobrevivir. ¿Por qué nuestra economía no puede perseguir el mismo objetivo?».

**Helena** (claramente):

«Bueno, Maya, te guste o no, para entender esto, lamentablemente tenemos que profundizar un poco más en el contexto económico».

2. ¿Cuál es la verdadera causa de los problemas mundiales: la economía o el sistema financiero?

**Maya** (curiosa):

«¿Qué es lo que impide que la economía alcance el equilibrio?».

**Helena** (pensativa):

«No es tan fácil de responder. En nuestra economía global, todo gira en torno a los beneficios y la competencia. Las empresas que no son rentables quiebran».

**Maya** (inquisitiva):

«¿Por qué son tan importantes los beneficios que determinan el destino de una empresa?».

**Helena** (reflexionando):

«Bueno, necesitas beneficios para pagar los préstamos, y los bancos utilizan los préstamos para multiplicar el dinero. Cada vez que se pide un préstamo, se crea dinero nuevo. Creo que ese es el verdadero significado del crecimiento.

**Maya** (irónicamente):

«Los miles de millones tienen que venir de alguna parte».

**Helena** (aclarando):

«Exacto, ese es el verdadero problema. El sistema financiero utiliza la economía para aumentar el capital. Aunque la economía podría sobrevivir teóricamente sin un crecimiento constante, la presión financiera la somete a presión».

**Maya** (confirmando):

«Exacto. Y la economía, a su vez, obliga a la gente a consumir cada vez más a través de la publicidad, los descuentos y la obsolescencia programada para que el crecimiento pueda continuar».

**Helena** (preguntando):

«¿Sabes por qué hay cada vez más guerras y por qué no se hace nada con respecto al cambio climático?».

**Maya** (pensativa):

«¿Es por el crecimiento?».

**Helena** (explicando):

«Exacto. Porque la exportación de armas y la reparación de los daños causados por la guerra y las catástrofes climáticas también contribuyen al crecimiento económico».

**Maya** (dudando):

«Pero imagina que el crecimiento disminuyera y la economía se contrajera. ¿No tendrían que renunciar las personas a parte de su prosperidad?».

**Helena** (explicando):

«El sacrificio es relativo. Depende totalmente de cómo se defina la prosperidad. Hoy en día, los políticos definen el consumo como prosperidad porque el consumo sirve al crecimiento».

**Maya** (asintiendo):

«Así es. Si se eliminara esta influencia, no nos importaría que la economía se contrajera y el planeta pudiera recuperarse de nuevo».

**Helena** (inspirada):

«Exactamente, sabemos desde hace mucho tiempo que el consumo no nos hace más felices, sino que nos estresa. Y hemos olvidado por completo lo importante que es el tiempo de ocio. Especialmente el tiempo libre que pasamos con nuestros hijos».

3. Menos economía, más desempleo

**Maya** (en serio, echándose hacia atrás):

«Pero piénsalo, si hay menos trabajo, habrá más desempleados. ¿No es por eso por lo que los sindicatos luchan por más y más empleos?»

**Helena** (soñadora):

«Mucha gente solía pensar que para el año 2000 la mayor parte del trabajo lo harían los robots y que la gente se liberaría cada vez más del trabajo asalariado. Incluso economistas de renombre como John Maynard Keynes estaban convencidos de ello».

**Maya** (desgarrada):

«Probablemente asumieron que la riqueza social se distribuiría por sí sola. Pero eso no sucedió.

¿No hemos estado prestando atención? ¿O hemos confiado en las personas equivocadas? Pero de alguna manera se puede arreglar, porque lo que dijiste tiene mucho sentido».

**Helena** (frunciendo el ceño):

«En realidad, solo hay dos posibilidades. O todos deben recibir suficiente dinero para vivir una vida digna, ya sea que trabajen por un salario o estén desempleados…».

Maya (irritable):

«Bueno, probablemente nadie estaría de acuerdo con eso, ¡sería muy injusto!»

Helena (interrumpiendo):

«… o todo el mundo debería poder tomar incondicionalmente lo necesario para una vida digna».

Maya (de acuerdo):

«Claro, entonces no habría más miedo al desempleo».

**Helena** (entusiasmada):

«De esta manera, la riqueza social se distribuiría por sí sola. Probablemente los pensadores utópicos como Marx y Keynes también pensaron en algo así, simplemente no sabían cómo superar la lógica del dinero».

**Maya** (reflexionando)

«¿No hay algo similar en la Biblia?».

**Helena** (confirma):

«Sí, la parábola de Cristo de los trabajadores de la viña en el Nuevo Testamento. El vinatero no pagaba a sus trabajadores según las horas trabajadas, sino que les daba lo que necesitaban para un día».

**Maya** (sonríe)

«De alguna manera tengo la sensación de que nuestra idea es aún mejor».

**Helena** (sonriendo):

«Sí, cada persona podría tomar exactamente lo que necesita para una vida feliz».

**Maya** (convencida):

«Eso es mucho más justo que que la gente reciba una suma de dinero que otros deciden por ellos».

**Helena** (angustiada):

«Lo que nos lleva de vuelta al sistema financiero».

**Maya** (seria, echándose hacia atrás):

«La pregunta, por lo tanto, es cómo podemos sacar el sistema financiero de la ecuación».

4.  ¿Cómo desvincular el sistema financiero de la economía?

**Helena** (explicando)

«El sistema financiero puede intervenir siempre que haya dinero de por medio. Si haces una casa de muñecas para tus hijos en casa, no podría interferir. No hay beneficio».

**Maya** (reflexionando)

«¿Entonces estás diciendo que el problema es que el trabajo se paga hoy? Si no fuera por eso, el sistema financiero no tendría ningún punto de ataque en la economía».

**Helena** (sonriendo):

«Vale, imagina que encuentras un trozo de arcilla y le das forma de cuenco. Si regalas el cuenco, no ha adquirido ningún valor monetario. Si vendes el cuenco, solo tu trabajo ha creado este valor monetario, porque la arcilla no costó nada en ninguno de los dos casos».

**Maya** (entusiasmada):

«¿Estás diciendo que si todo se hace mediante trabajo voluntario, no solo los cuencos, sino todos los bienes y servicios que la gente necesita, podríamos darnos mutuamente todo lo que necesitamos?»

**Helena** (aclarando):

«En realidad, es bastante sencillo. Los bienes solo cuestan algo porque nos pagan por nuestro trabajo. Hoy en día, tenemos que que nos paguen por nuestro trabajo para conseguir dinero y poder volver a comprar estos bienes».

**Maya** (se ríe):

«¡Qué locura! ¿Por qué no se me había ocurrido a mí?».

**Helena** (de acuerdo):

«Pero va aún más lejos: ya no habría ningún punto de ataque para el sistema financiero. Estaría desvinculado de la economía real».

**Maya** (se ríe):

«No pensarás de verdad que la gente empezaría a trabajar gratis, ¿verdad?».

**Helena** (juguetona):

«¿Por qué no? Todos lo hacemos ya hasta cierto punto. Solo una parte del día trabajamos por dinero y tenemos que abrirnos paso entre la competencia. Pero, ¿qué pasa cuando llegamos a casa?»

**Maya** (asintiendo con la cabeza):

«¡Sí, tienes razón! En cuanto llegamos a casa, nos comportamos de forma muy diferente. Entonces somos cooperativos y serviciales. Ya trabajamos esta mitad de nuestro día de forma voluntaria, ya sea para la familia, los amigos o la comunidad.

**Helena** (eufórica):

«Una gran parte de la humanidad incluso trabaja voluntariamente todo el día. Y a menudo estamos mucho más comprometidos de lo que estaríamos por dinero».

**Maya** (en confirmación):

«Así que vemos que nuestro comportamiento está determinado por el entorno en el que nos encontramos. Nos adaptamos a estas circunstancias dos veces al día, así que, en cierto modo, somos camaleones sociales».

**Helena** (en confirmación):

«Pensemos de nuevo. Si no hubiera valor monetario, si los bienes no costaran nada, entonces el sistema financiero tampoco tendría acceso a ellos».

**Maya** (con las cejas levantadas):

«Por supuesto, eso también significa que todos los bienes estarían disponibles gratuitamente para todos y que todos pueden tomar incondicionalmente lo que realmente necesitan para vivir una vida contenta y feliz».

**Maya** (sonriendo):

«¿Y qué pasaría entonces con el sistema financiero?».

**Helena** (relajada):

«En realidad, nada. Simplemente se disolvería. El sistema financiero no crea ningún valor material, así que no lo echaríamos de menos si desapareciera».

**Maya** (sorprendida):

«¿Y qué pasaría con todas las personas que se ocupan de todos los asuntos monetarios hoy en día?».

**Helena** (guiñando un ojo):

«Como todos los bienes y servicios están disponibles para todos de forma gratuita, ellos también estarían atendidos, por supuesto. Podrían ayudar en las áreas que aún se necesitan».

**Maya** (de acuerdo):

«Así que solo tendríamos que trabajar gratis y todos los bienes y servicios serían gratuitos.

¡Entonces el sistema financiero queda fuera de la economía!».

**Helena** (sonriendo):

«Sí, así de simple. A los bienes producidos no les importa si se producen mediante trabajo remunerado o voluntario».

**Maya** (dudosa):

«Helena, acabas de poner el ejemplo del trozo de arcilla que alguien encontró. Pero normalmente la arcilla está en una cantera privada, y alguien quiere ganar dinero con ella».

**Helena** (de acuerdo):

«Tienes razón. Por eso deberíamos hablar primero un poco sobre la propiedad».

5. ¿Qué pasará con la propiedad privada?

**Maya** (curiosa):

«Si no hay más beneficios, ¿qué pasa realmente con la propiedad? ¿Pertenecerá todo a todo el mundo?».

**Helena** (pensando):

«Ya se ha intentado la socialización de la propiedad y no funcionó. ¿Qué pasó con toda la propiedad pública cuando el socialismo colapsó después de 1989? Simplemente se volvió a privatizar. Eso fue fácil porque la propiedad social es, en última instancia, también propiedad privada».

**Maya** (asintiendo):

«Bueno, la propiedad social tampoco es lo último. Pero si no hay incentivo de lucro, la propiedad pierde naturalmente su significado».

**Helena** (curiosa):

«Sí. Necesitas propiedades como apartamentos, fábricas y campos para ganar dinero, así que las necesitas para obtener beneficios. Ese es el propósito principal de la propiedad hoy en día».

**Maya** (asombrada):

«Pero, ¿qué pasa si ya no hay beneficios?»

**Helena** (explicando):

«Míralo desde una perspectiva diferente. Si todo el mundo trabaja de forma voluntaria y se ayuda mutuamente, por supuesto que los propietarios de los apartamentos, los dueños de las fábricas y los grandes agricultores también lo reciben todo gratis. Por eso no echarán en absoluto de menos los beneficios».

**Maya** (intuitivamente):

«Entonces, ¿no sería un problema si la masa de arcilla se sacara de un pozo de arcilla privado?».

**Helena** (asintiendo):

«No, creo que podrías cogerla si la pides».

**Maya** (preguntando):

«Hasta ahora todo bien. Pero si en algún momento el pozo de arcilla está vacío y hay que restaurarlo, ¿quién es responsable de eso?».

**Helena** (reflexionando):

«Buena pregunta. Por supuesto, el propietario del pozo de arcilla sigue siendo responsable de él».

**Maya** (sonriendo):

«Sí, él es el responsable, aunque no obtiene nada a cambio. Probablemente preferiría venderla, pero no puede porque no le daría más dinero. Así que la cantera es solo una carga de la que preferiría deshacerse».

**Helena** (asintiendo):

«Así que la única posibilidad es que la libere, que la deje ir por completo».

**Maya** (levantando las cejas):

«Entonces, ¿qué pasa ahora? ¿La propiedad pertenece entonces a todo el mundo?».

**Helena** (confirmando):

«¡No, todo lo contrario! La propiedad no pertenece a nadie, como ha sido el caso durante la mayor parte de la historia de la humanidad».

**Maya** (con calma):

«Eso es realmente ingenioso. En tal caso, probablemente también sería mucho más difícil, desde un punto de vista puramente legal, volver a privatizar algo. La simple transferencia de vuelta a la propiedad privada, que es lo que ocurrió con la propiedad pública en 1989, ya no sería posible».

**Helena** (sonriendo):

«Y la «propiedad» se convierte simplemente en respeto por la privacidad de los demás».

**Maya** (asintiendo):

«Y como todo es voluntario, todos los que han tomado arcilla también se ocupan voluntariamente de la renaturalización de la cantera».

6.  La revolución del dar

**Helena** (en serio):

«La historia demuestra que los grandes cambios suelen desencadenarse por las crisis. Y las crisis ya están aquí. El cambio climático, la escasez de recursos, la desigualdad social, las guerras por los yacimientos de materias primas».

**Maya** (pensativa):

«Sí, tenemos que hacer algo ya si queremos evitar el colapso de la humanidad. Muchos piensan en una revolución como la de Rusia en 1917».

**Helena** (pensativa):

«Pero la idea del comunismo en aquel entonces no funcionó. Colapsó en muchos países, y los dos últimos grandes estados que todavía se llaman comunistas están peor económicamente que el resto del mundo. Por eso nos estamos devanando los sesos».

**Maya** (con cierta confianza):

«Creo que la mayoría de la gente no está preparada para una revolución así. Pero tendría que ser algo así como una revolución, porque solo puede funcionar si ocurre simultáneamente en todo el mundo».

**Helena** (motivadora):

«Por supuesto. Debido al comercio internacional, los bienes deben estar disponibles en todo el mundo de forma gratuita. ¿No hay algo más? ¿Qué opinas de una huelga general mundial?».

**Maya** (curiosa):

«Sí, una huelga general mundial es algo que la mayoría de la gente probablemente podría imaginar. Las huelgas son casi algo cotidiano».

**Helena** (aclarando):

«El principio rector podría ser exigir que el desempleo y el trabajo asalariado se equiparen, para que nadie se vea más perjudicado».

**Maya** (dudando):

«Pero, ¿no se colapsará la economía si todo el mundo se declara en huelga?».

**Helena** (predicando):

«¿Quién dice que la gente tiene que dejar de trabajar? Podrían seguir trabajando con la misma facilidad. Solo tendrían que hacerlo gratis.

Dejar de trabajar sería realmente estúpido. No queremos estropear la economía, solo queremos liberarla de las limitaciones del sistema financiero».

**Maya** (con entusiasmo):

«Exactamente, eso es. Las cadenas de suministro permanecerían intactas, pero los bienes serían de libre acceso. Adiós al sistema financiero y ya está».

Helena (asintiendo con la cabeza):

«Sí, lo más importante es que la economía no se colapse. Solo liberamos la economía de las limitaciones del sistema financiero y entonces podría desarrollarse de forma más sostenible por sí misma».

**Maya** (en confirmación):

«¿Por qué no debería funcionar? Sospecho que a la mayoría de los empresarios les gustaría producir de forma sostenible, pero la competencia y la presión por obtener beneficios les impiden hacerlo. Sin esta presión, podrían hacer realidad sus visiones».

**Helena** (con una sonrisa):

«Si el trabajo ya no cuesta nada, entonces ya no importa cuánto tiempo se tarde en desarrollar y producir algo realmente bien y de forma sostenible».

**Maya** (entusiasmada):

«Por eso no hay nada que se interponga en el camino de una economía verdaderamente circular, que, por supuesto, es mucho más compleja que la economía de usar y tirar actual. Podríamos fabricar productos totalmente reciclables y la escasez de materias primas sería cosa del pasado».

**Helena** (añade):

«Esto también refuta el principal argumento de los políticos actuales. Dicen que el sistema financiero actual es indispensable para que las materias primas se vuelvan más caras cuanto más escasas se vuelven».

**Maya** (impaciente):

«¡Qué montón de tonterías! Hoy en día, la desigualdad no hace más que crecer porque solo los países ricos pueden permitirse las escasas materias primas. Seguirá habiendo guerras por las materias primas. Pero no lo mencionan porque no tienen una idea mejor, a diferencia de nosotras dos».

**Helena** (de acuerdo):

«La idea es que la economía debería basarse en las necesidades reales de las personas, no en lo que es rentable».

**Maya** (asintiendo con la cabeza):

«Sí, si el trabajo no cuesta nada, los ciclos de producción también podrían volver a ralentizarse».

**Helena** (entusiasmada):

«Tienes toda la razón, Maya, porque no habría más obsolescencia programada, ni más modelos nuevos que vender. Hasta ahora, esto ha provocado cada vez más residuos, emisiones y consumo de recursos. En su lugar, podríamos volver a centrarnos en productos duraderos y de alta calidad».

**Maya** (pensativa):

«Pero si la economía se contrae, entonces, por supuesto, muchos puestos de trabajo también desaparecerían. ¿No necesitarán estas personas una buena seguridad social?».

**Helena** (sonriendo):

«No tenemos que preocuparnos por eso en absoluto, porque si todo es gratis, todo el mundo está automáticamente cuidado. El problema del desempleo ya no existiría».

**Maya** (seria):

«La gente se adaptaría rápidamente. Algunos se quedarían en casa más tiempo, otros ayudarían donde fuera necesario».

**Helena** (asintiendo pensativa):

«Exacto. Por supuesto, pronto se llegaría a una semana de dos o tres días en la que se unirían todas las personas del sector financiero».

**Maya** (dudando):

«Volvamos al voluntariado. Todo eso está muy bien, pero los empresarios no dejarán voluntariamente de cobrar por sus productos. ¿Qué pasa si no cooperan?».

**Helena** (con calma):

«Buen punto. Pero después de la transición, ellos también obtendrán todo lo que necesitan gratis, incluidas todas las materias primas y productos intermedios. Ya no hay razón para que se tomen la molestia de cobrar dinero. Creo que los dueños de negocios en particular estarían felices de prescindir de toda contabilidad financiera».

**Maya** (dudosa):

«No estoy segura de que la gente que trabaja en las minas de litio continúe trabajando voluntariamente».

**Helena** (explicando):

«Eso no sería un problema al principio, porque a la gente del Sur Global se la explota sobre todo por nuestro estilo de vida desmesurado. Vaqueros desgastados, juguetes de plástico, gambas peladas. No nos haría ningún daño si tuviéramos que prescindir de estos lujos durante un tiempo hasta que encontráramos mejores soluciones para ellos».

7.  Fin de la alienación del trabajo

**Maya** (relajada):

«Si el trabajo es voluntario, podría cambiar por completo su significado: se convierte en una expresión de creatividad y una contribución a la comunidad».

**Helena** (sonriente):

«Y cuando ya nadie tenga que trabajar por necesidad, el valor del trabajo se apreciará de forma muy diferente. La motivación vendrá entonces de la alegría de la actividad en sí».

**Maya** (entusiasmada):

«Sí, si no tengo que trabajar solo por ganar dinero, entonces puedo buscar un trabajo que realmente disfrute y que me haga esperar con ilusión al día siguiente por la noche».

**Helena** (pensativa):

«En realidad, este problema ya se aborda en la Biblia, más precisamente en el Nuevo Testamento. En una parábola, Cristo recomienda que las personas aumenten su talento y no enterraden».

**Maya** (con las cejas levantadas):

«Lo que esto probablemente significa es que la obligación de trabajar a cambio de un salario nos sitúa directamente en medio de este problema. Si, por otro lado, trabajas voluntariamente, es decir, sin obligación, entonces podrás desarrollar tu talento».

**Helena** (añade):

«Piénsalo: la gente podría incluso dedicarse a lo que le apasiona. Los que les gusta hornear se levantarían a las cuatro de la mañana para hacer deliciosos panecillos y cruasanes para ofrecer».

**Maya** (escéptica):

«Pero, ¿qué pasa con los trabajos desagradables? ¿Quién los haría todavía?».

**Helena** (encogida de hombros):

«Lo haríamos juntos, por solidaridad, no por necesidad económica. Al final, le llega el turno a todo el mundo. Además, muchas tareas podrían automatizarse».

**Maya** (asiente con la cabeza, decidida):

«Tienes toda la razón. Mientras se pague por el trabajo, siempre habrá personas más baratas que los robots. Imagínate, después de este cambio al trabajo voluntario, ¡muchas fábricas de coches podrían producir robots!».

**Helena** (con voz tranquila):

«Esto podría acabar con la alienación del trabajo que la gente siente hoy en día. Los trabajos se adaptarían mejor a los talentos e intereses personales. El trabajo vuelve a ser satisfactorio porque ya no es un medio para un fin, sino una parte de la vida».

8.  ¿Cómo viviremos entonces?

**Maya** (sonriendo):

«Entonces, si todo es gratis, ¡me compraré un vestido nuevo de Prada cada día y me bañaré en champán todas las noches!».

**Helena** (riéndose):

«Lo dudo. La gente suele comportarse de forma responsable cuando no se ve obligada a parecer mejor que los demás».

**Maya** (asintiendo):

«Así es. Hemos dicho antes que nos comportamos de forma absolutamente cooperativa durante gran parte del día, incluso ahora, cuando no estamos bajo la influencia del mercado».

**Helena** (entusiasmada):

«¡Exacto! Entonces nos sentiríamos más como si estuviéramos en el círculo de la familia o los amigos todo el día. Después de todo, nos estaríamos haciendo regalos unos a otros».

**Maya** (intuitiva):

«Tampoco se necesitan miles de millones para vivir bien. Son solo una carga porque siempre hay que asegurarse de que los miles de millones sigan creciendo».

**Helena** (relajada):

«Me imagino que un multimillonario también tiene una vida familiar muy normal. Solo tienen grandes gastos porque tienen que representarse a sí mismos para mantenerse al día».

**Maya** (preocupada):

«Pero entonces no se pagarán más impuestos. Si nadie paga impuestos, ¿cómo financiaremos la administración, la educación o el arte?».

**Helena** (divertida):

«Bueno, ahora piénsalo. Si todo es gratis… ¿Te hace clic?».

**Maya** (sarcástica):

«¿Y si alguien es simplemente vago? No todo el mundo quiere dedicarse a proyectos creativos o contribuir al bien común».

**Helena** (guiñando un ojo):

«Eso es lo que la gente decía sobre la renta básica incondicional. «Si nadie tiene que trabajar, nadie volverá a trabajar». Pero la experiencia demuestra que la mayoría de la gente quiere hacer algo significativo. Es un mito que la gente sea perezosa por naturaleza». **Maya** (ligeramente escéptica):

«Pero, ¿qué pasaría entonces con el progreso y la innovación?».

**Helena** (convencida):

«La innovación no está impulsada por la competencia, sino por la curiosidad y el deseo de mejorar el mundo. En una sociedad así, los avances en ciencia y tecnología estarían dirigidos a necesidades reales, en lugar de lanzar productos al mercado solo para poder venderlos».

9.  Epílogo

**Helena** (soñadora):

«Pero la competencia también tiene algo positivo. Desde la Ilustración, desde Adam Smith, nos ha puesto al día con la ciencia y la tecnología».

**Maya** (algo indignada):

«¡Pero también sabes que un principio económico que recompensa el consumo solo tiene derecho a existir mientras los recursos sean inagotables!».

**Helena** (pensativa):

«Sí, los últimos 50 años han sido una gran fiesta para la mayoría de la gente aquí en el norte global».

**Maya** (aclarando):

«Y ahora todo el mundo está moralmente obligado a ayudar a limpiar».

**Maya** (con una vista del sol poniente):

«Para ser honesta, yo también siempre he dudado de las revoluciones. Pero esta no es una revolución en la que se le quita algo a alguien».

**Helena** (con su copa en la mano):

«No, en absoluto. Es una revolución de dar. En el futuro, nos daremos los unos a los otros y no habrá necesidad de codazos».

**Helena y Maya** (levantan sus copas):

«Empecemos a difundir esta idea por todo el mundo.

¡Por Benharmonia y la revolución de dar!»

Berlín, 06 de febrero de 2024

Eberhard Licht

Download english: https://letusbe.one/de2/Benharmonia_en.pdf

Download español: https://letusbe.one/de2/Benharmonia_es.pdf

Download deutsch: https://letusbe.one/de2/Benharmonia2.pdf

For further information, see: https://LetUsBe.One

Questions?

SHARE THIS, PLEASE!!!

I don't need donations, but please share this idea!