Schlagwort-Archive: neocolonialismo

Benharmonia – Diálogo

Benharmonia – Nuestra sociedad más allá del capitalismo

Maya y Helena están discutiendo cómo se puede hacer sostenible el sistema económico actual.

Se les ocurre una solución sorprendente, pero que en última instancia es lógica y factible.

Personajes:

 Maya:    Una joven, experta en tecnología, pragmática e idealista.

Elena:    Una anciana, activista experimentada y con mucho sentido del humor.

El texto puede utilizarse como se desee. Las referencias no son obligatorias.

 ¡COMPARTA ESTO, POR FAVOR!

1.    Introducción: Hemos comido sushi.

* La escena comienza en una terraza con vistas a una animada ciudad. Es un caluroso día de verano y los cuatro están tomando algo juntos.*

**Maya** (mira a la ciudad y suspira):

«Parece que el mundo se está desmoronando. Todo gira en torno al beneficio, mientras cada vez más personas sufren y la tierra gime bajo la presión. ¿Cuánto tiempo más puede seguir así?».

**Maya** (sonriendo):

«Así es, pero mientras el mercado de valores suba, ¿a quién le importa, verdad? E incluso si se pescan todos los peces de los océanos, entonces podríamos decir que al menos hemos comido sushi alguna vez».

**Helena** (sonríe irónicamente):

«Estás bromeando, pero ese es exactamente el problema. Durante décadas, los científicos nos han advertido sobre las consecuencias de nuestras acciones, pero simplemente no escuchamos».

**Maya** (desesperada):

«Pero seguro que sabes que todos somos parte del problema».

**Helena** (enfadada):

«¡Sí, esa es la tragedia! Todo el mundo quiere más salario, pensiones más altas, más prosperidad, aunque hace tiempo que intuimos que algo no va bien en esto».

**Maya** (pensativa):

«Hmmm. Los medios de comunicación informan sobre el cambio climático provocado por el hombre y sobre la creciente desigualdad, pero al mismo tiempo lamentan el estancamiento del crecimiento económico.

Como si los dos no tuvieran nada que ver».

**Helena** (frustrada):

«Sí, si la economía sigue creciendo, se emitirán cada vez más gases de efecto invernadero. No debemos olvidar que la producción se lleva a cabo principalmente en países que no se preocupan por el clima.

Y los crecientes beneficios de los empresarios están agravando cada vez más la desigualdad».

**Maya** (irascible):

«Tienes toda la razón. Los políticos no llegan al fondo de las causas, solo dan excusas poco convincentes. No es de extrañar que nuestra sociedad esté cada vez más dividida».

**Helena** (sermoneando):

«Sí, lo único que valora la política es el crecimiento económico constante. Hemos interiorizado esta idea errónea de que sin crecimiento económico todo se derrumbaría. Pero eso es simplemente falso».

**Maya** (sorprendida):

«Tienes razón, todos los sistemas naturales luchan por el equilibrio para sobrevivir. ¿Por qué nuestra economía no puede perseguir el mismo objetivo?».

**Helena** (claramente):

«Bueno, Maya, te guste o no, para entender esto, lamentablemente tenemos que profundizar un poco más en el contexto económico».

2. ¿Cuál es la verdadera causa de los problemas mundiales: la economía o el sistema financiero?

**Maya** (curiosa):

«¿Qué es lo que impide que la economía alcance el equilibrio?».

**Helena** (pensativa):

«No es tan fácil de responder. En nuestra economía global, todo gira en torno a los beneficios y la competencia. Las empresas que no son rentables quiebran».

**Maya** (inquisitiva):

«¿Por qué son tan importantes los beneficios que determinan el destino de una empresa?».

**Helena** (reflexionando):

«Bueno, necesitas beneficios para pagar los préstamos, y los bancos utilizan los préstamos para multiplicar el dinero. Cada vez que se pide un préstamo, se crea dinero nuevo. Creo que ese es el verdadero significado del crecimiento.

**Maya** (irónicamente):

«Los miles de millones tienen que venir de alguna parte».

**Helena** (aclarando):

«Exacto, ese es el verdadero problema. El sistema financiero utiliza la economía para aumentar el capital. Aunque la economía podría sobrevivir teóricamente sin un crecimiento constante, la presión financiera la somete a presión».

**Maya** (confirmando):

«Exacto. Y la economía, a su vez, obliga a la gente a consumir cada vez más a través de la publicidad, los descuentos y la obsolescencia programada para que el crecimiento pueda continuar».

**Helena** (preguntando):

«¿Sabes por qué hay cada vez más guerras y por qué no se hace nada con respecto al cambio climático?».

**Maya** (pensativa):

«¿Es por el crecimiento?».

**Helena** (explicando):

«Exacto. Porque la exportación de armas y la reparación de los daños causados por la guerra y las catástrofes climáticas también contribuyen al crecimiento económico».

**Maya** (dudando):

«Pero imagina que el crecimiento disminuyera y la economía se contrajera. ¿No tendrían que renunciar las personas a parte de su prosperidad?».

**Helena** (explicando):

«El sacrificio es relativo. Depende totalmente de cómo se defina la prosperidad. Hoy en día, los políticos definen el consumo como prosperidad porque el consumo sirve al crecimiento».

**Maya** (asintiendo):

«Así es. Si se eliminara esta influencia, no nos importaría que la economía se contrajera y el planeta pudiera recuperarse de nuevo».

**Helena** (inspirada):

«Exactamente, sabemos desde hace mucho tiempo que el consumo no nos hace más felices, sino que nos estresa. Y hemos olvidado por completo lo importante que es el tiempo de ocio. Especialmente el tiempo libre que pasamos con nuestros hijos».

3. Menos economía, más desempleo

**Maya** (en serio, echándose hacia atrás):

«Pero piénsalo, si hay menos trabajo, habrá más desempleados. ¿No es por eso por lo que los sindicatos luchan por más y más empleos?»

**Helena** (soñadora):

«Mucha gente solía pensar que para el año 2000 la mayor parte del trabajo lo harían los robots y que la gente se liberaría cada vez más del trabajo asalariado. Incluso economistas de renombre como John Maynard Keynes estaban convencidos de ello».

**Maya** (desgarrada):

«Probablemente asumieron que la riqueza social se distribuiría por sí sola. Pero eso no sucedió.

¿No hemos estado prestando atención? ¿O hemos confiado en las personas equivocadas? Pero de alguna manera se puede arreglar, porque lo que dijiste tiene mucho sentido».

**Helena** (frunciendo el ceño):

«En realidad, solo hay dos posibilidades. O todos deben recibir suficiente dinero para vivir una vida digna, ya sea que trabajen por un salario o estén desempleados…».

Maya (irritable):

«Bueno, probablemente nadie estaría de acuerdo con eso, ¡sería muy injusto!»

Helena (interrumpiendo):

«… o todo el mundo debería poder tomar incondicionalmente lo necesario para una vida digna».

Maya (de acuerdo):

«Claro, entonces no habría más miedo al desempleo».

**Helena** (entusiasmada):

«De esta manera, la riqueza social se distribuiría por sí sola. Probablemente los pensadores utópicos como Marx y Keynes también pensaron en algo así, simplemente no sabían cómo superar la lógica del dinero».

**Maya** (reflexionando)

«¿No hay algo similar en la Biblia?».

**Helena** (confirma):

«Sí, la parábola de Cristo de los trabajadores de la viña en el Nuevo Testamento. El vinatero no pagaba a sus trabajadores según las horas trabajadas, sino que les daba lo que necesitaban para un día».

**Maya** (sonríe)

«De alguna manera tengo la sensación de que nuestra idea es aún mejor».

**Helena** (sonriendo):

«Sí, cada persona podría tomar exactamente lo que necesita para una vida feliz».

**Maya** (convencida):

«Eso es mucho más justo que que la gente reciba una suma de dinero que otros deciden por ellos».

**Helena** (angustiada):

«Lo que nos lleva de vuelta al sistema financiero».

**Maya** (seria, echándose hacia atrás):

«La pregunta, por lo tanto, es cómo podemos sacar el sistema financiero de la ecuación».

4.  ¿Cómo desvincular el sistema financiero de la economía?

**Helena** (explicando)

«El sistema financiero puede intervenir siempre que haya dinero de por medio. Si haces una casa de muñecas para tus hijos en casa, no podría interferir. No hay beneficio».

**Maya** (reflexionando)

«¿Entonces estás diciendo que el problema es que el trabajo se paga hoy? Si no fuera por eso, el sistema financiero no tendría ningún punto de ataque en la economía».

**Helena** (sonriendo):

«Vale, imagina que encuentras un trozo de arcilla y le das forma de cuenco. Si regalas el cuenco, no ha adquirido ningún valor monetario. Si vendes el cuenco, solo tu trabajo ha creado este valor monetario, porque la arcilla no costó nada en ninguno de los dos casos».

**Maya** (entusiasmada):

«¿Estás diciendo que si todo se hace mediante trabajo voluntario, no solo los cuencos, sino todos los bienes y servicios que la gente necesita, podríamos darnos mutuamente todo lo que necesitamos?»

**Helena** (aclarando):

«En realidad, es bastante sencillo. Los bienes solo cuestan algo porque nos pagan por nuestro trabajo. Hoy en día, tenemos que que nos paguen por nuestro trabajo para conseguir dinero y poder volver a comprar estos bienes».

**Maya** (se ríe):

«¡Qué locura! ¿Por qué no se me había ocurrido a mí?».

**Helena** (de acuerdo):

«Pero va aún más lejos: ya no habría ningún punto de ataque para el sistema financiero. Estaría desvinculado de la economía real».

**Maya** (se ríe):

«No pensarás de verdad que la gente empezaría a trabajar gratis, ¿verdad?».

**Helena** (juguetona):

«¿Por qué no? Todos lo hacemos ya hasta cierto punto. Solo una parte del día trabajamos por dinero y tenemos que abrirnos paso entre la competencia. Pero, ¿qué pasa cuando llegamos a casa?»

**Maya** (asintiendo con la cabeza):

«¡Sí, tienes razón! En cuanto llegamos a casa, nos comportamos de forma muy diferente. Entonces somos cooperativos y serviciales. Ya trabajamos esta mitad de nuestro día de forma voluntaria, ya sea para la familia, los amigos o la comunidad.

**Helena** (eufórica):

«Una gran parte de la humanidad incluso trabaja voluntariamente todo el día. Y a menudo estamos mucho más comprometidos de lo que estaríamos por dinero».

**Maya** (en confirmación):

«Así que vemos que nuestro comportamiento está determinado por el entorno en el que nos encontramos. Nos adaptamos a estas circunstancias dos veces al día, así que, en cierto modo, somos camaleones sociales».

**Helena** (en confirmación):

«Pensemos de nuevo. Si no hubiera valor monetario, si los bienes no costaran nada, entonces el sistema financiero tampoco tendría acceso a ellos».

**Maya** (con las cejas levantadas):

«Por supuesto, eso también significa que todos los bienes estarían disponibles gratuitamente para todos y que todos pueden tomar incondicionalmente lo que realmente necesitan para vivir una vida contenta y feliz».

**Maya** (sonriendo):

«¿Y qué pasaría entonces con el sistema financiero?».

**Helena** (relajada):

«En realidad, nada. Simplemente se disolvería. El sistema financiero no crea ningún valor material, así que no lo echaríamos de menos si desapareciera».

**Maya** (sorprendida):

«¿Y qué pasaría con todas las personas que se ocupan de todos los asuntos monetarios hoy en día?».

**Helena** (guiñando un ojo):

«Como todos los bienes y servicios están disponibles para todos de forma gratuita, ellos también estarían atendidos, por supuesto. Podrían ayudar en las áreas que aún se necesitan».

**Maya** (de acuerdo):

«Así que solo tendríamos que trabajar gratis y todos los bienes y servicios serían gratuitos.

¡Entonces el sistema financiero queda fuera de la economía!».

**Helena** (sonriendo):

«Sí, así de simple. A los bienes producidos no les importa si se producen mediante trabajo remunerado o voluntario».

**Maya** (dudosa):

«Helena, acabas de poner el ejemplo del trozo de arcilla que alguien encontró. Pero normalmente la arcilla está en una cantera privada, y alguien quiere ganar dinero con ella».

**Helena** (de acuerdo):

«Tienes razón. Por eso deberíamos hablar primero un poco sobre la propiedad».

5. ¿Qué pasará con la propiedad privada?

**Maya** (curiosa):

«Si no hay más beneficios, ¿qué pasa realmente con la propiedad? ¿Pertenecerá todo a todo el mundo?».

**Helena** (pensando):

«Ya se ha intentado la socialización de la propiedad y no funcionó. ¿Qué pasó con toda la propiedad pública cuando el socialismo colapsó después de 1989? Simplemente se volvió a privatizar. Eso fue fácil porque la propiedad social es, en última instancia, también propiedad privada».

**Maya** (asintiendo):

«Bueno, la propiedad social tampoco es lo último. Pero si no hay incentivo de lucro, la propiedad pierde naturalmente su significado».

**Helena** (curiosa):

«Sí. Necesitas propiedades como apartamentos, fábricas y campos para ganar dinero, así que las necesitas para obtener beneficios. Ese es el propósito principal de la propiedad hoy en día».

**Maya** (asombrada):

«Pero, ¿qué pasa si ya no hay beneficios?»

**Helena** (explicando):

«Míralo desde una perspectiva diferente. Si todo el mundo trabaja de forma voluntaria y se ayuda mutuamente, por supuesto que los propietarios de los apartamentos, los dueños de las fábricas y los grandes agricultores también lo reciben todo gratis. Por eso no echarán en absoluto de menos los beneficios».

**Maya** (intuitivamente):

«Entonces, ¿no sería un problema si la masa de arcilla se sacara de un pozo de arcilla privado?».

**Helena** (asintiendo):

«No, creo que podrías cogerla si la pides».

**Maya** (preguntando):

«Hasta ahora todo bien. Pero si en algún momento el pozo de arcilla está vacío y hay que restaurarlo, ¿quién es responsable de eso?».

**Helena** (reflexionando):

«Buena pregunta. Por supuesto, el propietario del pozo de arcilla sigue siendo responsable de él».

**Maya** (sonriendo):

«Sí, él es el responsable, aunque no obtiene nada a cambio. Probablemente preferiría venderla, pero no puede porque no le daría más dinero. Así que la cantera es solo una carga de la que preferiría deshacerse».

**Helena** (asintiendo):

«Así que la única posibilidad es que la libere, que la deje ir por completo».

**Maya** (levantando las cejas):

«Entonces, ¿qué pasa ahora? ¿La propiedad pertenece entonces a todo el mundo?».

**Helena** (confirmando):

«¡No, todo lo contrario! La propiedad no pertenece a nadie, como ha sido el caso durante la mayor parte de la historia de la humanidad».

**Maya** (con calma):

«Eso es realmente ingenioso. En tal caso, probablemente también sería mucho más difícil, desde un punto de vista puramente legal, volver a privatizar algo. La simple transferencia de vuelta a la propiedad privada, que es lo que ocurrió con la propiedad pública en 1989, ya no sería posible».

**Helena** (sonriendo):

«Y la «propiedad» se convierte simplemente en respeto por la privacidad de los demás».

**Maya** (asintiendo):

«Y como todo es voluntario, todos los que han tomado arcilla también se ocupan voluntariamente de la renaturalización de la cantera».

6.  La revolución del dar

**Helena** (en serio):

«La historia demuestra que los grandes cambios suelen desencadenarse por las crisis. Y las crisis ya están aquí. El cambio climático, la escasez de recursos, la desigualdad social, las guerras por los yacimientos de materias primas».

**Maya** (pensativa):

«Sí, tenemos que hacer algo ya si queremos evitar el colapso de la humanidad. Muchos piensan en una revolución como la de Rusia en 1917».

**Helena** (pensativa):

«Pero la idea del comunismo en aquel entonces no funcionó. Colapsó en muchos países, y los dos últimos grandes estados que todavía se llaman comunistas están peor económicamente que el resto del mundo. Por eso nos estamos devanando los sesos».

**Maya** (con cierta confianza):

«Creo que la mayoría de la gente no está preparada para una revolución así. Pero tendría que ser algo así como una revolución, porque solo puede funcionar si ocurre simultáneamente en todo el mundo».

**Helena** (motivadora):

«Por supuesto. Debido al comercio internacional, los bienes deben estar disponibles en todo el mundo de forma gratuita. ¿No hay algo más? ¿Qué opinas de una huelga general mundial?».

**Maya** (curiosa):

«Sí, una huelga general mundial es algo que la mayoría de la gente probablemente podría imaginar. Las huelgas son casi algo cotidiano».

**Helena** (aclarando):

«El principio rector podría ser exigir que el desempleo y el trabajo asalariado se equiparen, para que nadie se vea más perjudicado».

**Maya** (dudando):

«Pero, ¿no se colapsará la economía si todo el mundo se declara en huelga?».

**Helena** (predicando):

«¿Quién dice que la gente tiene que dejar de trabajar? Podrían seguir trabajando con la misma facilidad. Solo tendrían que hacerlo gratis.

Dejar de trabajar sería realmente estúpido. No queremos estropear la economía, solo queremos liberarla de las limitaciones del sistema financiero».

**Maya** (con entusiasmo):

«Exactamente, eso es. Las cadenas de suministro permanecerían intactas, pero los bienes serían de libre acceso. Adiós al sistema financiero y ya está».

Helena (asintiendo con la cabeza):

«Sí, lo más importante es que la economía no se colapse. Solo liberamos la economía de las limitaciones del sistema financiero y entonces podría desarrollarse de forma más sostenible por sí misma».

**Maya** (en confirmación):

«¿Por qué no debería funcionar? Sospecho que a la mayoría de los empresarios les gustaría producir de forma sostenible, pero la competencia y la presión por obtener beneficios les impiden hacerlo. Sin esta presión, podrían hacer realidad sus visiones».

**Helena** (con una sonrisa):

«Si el trabajo ya no cuesta nada, entonces ya no importa cuánto tiempo se tarde en desarrollar y producir algo realmente bien y de forma sostenible».

**Maya** (entusiasmada):

«Por eso no hay nada que se interponga en el camino de una economía verdaderamente circular, que, por supuesto, es mucho más compleja que la economía de usar y tirar actual. Podríamos fabricar productos totalmente reciclables y la escasez de materias primas sería cosa del pasado».

**Helena** (añade):

«Esto también refuta el principal argumento de los políticos actuales. Dicen que el sistema financiero actual es indispensable para que las materias primas se vuelvan más caras cuanto más escasas se vuelven».

**Maya** (impaciente):

«¡Qué montón de tonterías! Hoy en día, la desigualdad no hace más que crecer porque solo los países ricos pueden permitirse las escasas materias primas. Seguirá habiendo guerras por las materias primas. Pero no lo mencionan porque no tienen una idea mejor, a diferencia de nosotras dos».

**Helena** (de acuerdo):

«La idea es que la economía debería basarse en las necesidades reales de las personas, no en lo que es rentable».

**Maya** (asintiendo con la cabeza):

«Sí, si el trabajo no cuesta nada, los ciclos de producción también podrían volver a ralentizarse».

**Helena** (entusiasmada):

«Tienes toda la razón, Maya, porque no habría más obsolescencia programada, ni más modelos nuevos que vender. Hasta ahora, esto ha provocado cada vez más residuos, emisiones y consumo de recursos. En su lugar, podríamos volver a centrarnos en productos duraderos y de alta calidad».

**Maya** (pensativa):

«Pero si la economía se contrae, entonces, por supuesto, muchos puestos de trabajo también desaparecerían. ¿No necesitarán estas personas una buena seguridad social?».

**Helena** (sonriendo):

«No tenemos que preocuparnos por eso en absoluto, porque si todo es gratis, todo el mundo está automáticamente cuidado. El problema del desempleo ya no existiría».

**Maya** (seria):

«La gente se adaptaría rápidamente. Algunos se quedarían en casa más tiempo, otros ayudarían donde fuera necesario».

**Helena** (asintiendo pensativa):

«Exacto. Por supuesto, pronto se llegaría a una semana de dos o tres días en la que se unirían todas las personas del sector financiero».

**Maya** (dudando):

«Volvamos al voluntariado. Todo eso está muy bien, pero los empresarios no dejarán voluntariamente de cobrar por sus productos. ¿Qué pasa si no cooperan?».

**Helena** (con calma):

«Buen punto. Pero después de la transición, ellos también obtendrán todo lo que necesitan gratis, incluidas todas las materias primas y productos intermedios. Ya no hay razón para que se tomen la molestia de cobrar dinero. Creo que los dueños de negocios en particular estarían felices de prescindir de toda contabilidad financiera».

**Maya** (dudosa):

«No estoy segura de que la gente que trabaja en las minas de litio continúe trabajando voluntariamente».

**Helena** (explicando):

«Eso no sería un problema al principio, porque a la gente del Sur Global se la explota sobre todo por nuestro estilo de vida desmesurado. Vaqueros desgastados, juguetes de plástico, gambas peladas. No nos haría ningún daño si tuviéramos que prescindir de estos lujos durante un tiempo hasta que encontráramos mejores soluciones para ellos».

7.  Fin de la alienación del trabajo

**Maya** (relajada):

«Si el trabajo es voluntario, podría cambiar por completo su significado: se convierte en una expresión de creatividad y una contribución a la comunidad».

**Helena** (sonriente):

«Y cuando ya nadie tenga que trabajar por necesidad, el valor del trabajo se apreciará de forma muy diferente. La motivación vendrá entonces de la alegría de la actividad en sí».

**Maya** (entusiasmada):

«Sí, si no tengo que trabajar solo por ganar dinero, entonces puedo buscar un trabajo que realmente disfrute y que me haga esperar con ilusión al día siguiente por la noche».

**Helena** (pensativa):

«En realidad, este problema ya se aborda en la Biblia, más precisamente en el Nuevo Testamento. En una parábola, Cristo recomienda que las personas aumenten su talento y no enterraden».

**Maya** (con las cejas levantadas):

«Lo que esto probablemente significa es que la obligación de trabajar a cambio de un salario nos sitúa directamente en medio de este problema. Si, por otro lado, trabajas voluntariamente, es decir, sin obligación, entonces podrás desarrollar tu talento».

**Helena** (añade):

«Piénsalo: la gente podría incluso dedicarse a lo que le apasiona. Los que les gusta hornear se levantarían a las cuatro de la mañana para hacer deliciosos panecillos y cruasanes para ofrecer».

**Maya** (escéptica):

«Pero, ¿qué pasa con los trabajos desagradables? ¿Quién los haría todavía?».

**Helena** (encogida de hombros):

«Lo haríamos juntos, por solidaridad, no por necesidad económica. Al final, le llega el turno a todo el mundo. Además, muchas tareas podrían automatizarse».

**Maya** (asiente con la cabeza, decidida):

«Tienes toda la razón. Mientras se pague por el trabajo, siempre habrá personas más baratas que los robots. Imagínate, después de este cambio al trabajo voluntario, ¡muchas fábricas de coches podrían producir robots!».

**Helena** (con voz tranquila):

«Esto podría acabar con la alienación del trabajo que la gente siente hoy en día. Los trabajos se adaptarían mejor a los talentos e intereses personales. El trabajo vuelve a ser satisfactorio porque ya no es un medio para un fin, sino una parte de la vida».

8.  ¿Cómo viviremos entonces?

**Maya** (sonriendo):

«Entonces, si todo es gratis, ¡me compraré un vestido nuevo de Prada cada día y me bañaré en champán todas las noches!».

**Helena** (riéndose):

«Lo dudo. La gente suele comportarse de forma responsable cuando no se ve obligada a parecer mejor que los demás».

**Maya** (asintiendo):

«Así es. Hemos dicho antes que nos comportamos de forma absolutamente cooperativa durante gran parte del día, incluso ahora, cuando no estamos bajo la influencia del mercado».

**Helena** (entusiasmada):

«¡Exacto! Entonces nos sentiríamos más como si estuviéramos en el círculo de la familia o los amigos todo el día. Después de todo, nos estaríamos haciendo regalos unos a otros».

**Maya** (intuitiva):

«Tampoco se necesitan miles de millones para vivir bien. Son solo una carga porque siempre hay que asegurarse de que los miles de millones sigan creciendo».

**Helena** (relajada):

«Me imagino que un multimillonario también tiene una vida familiar muy normal. Solo tienen grandes gastos porque tienen que representarse a sí mismos para mantenerse al día».

**Maya** (preocupada):

«Pero entonces no se pagarán más impuestos. Si nadie paga impuestos, ¿cómo financiaremos la administración, la educación o el arte?».

**Helena** (divertida):

«Bueno, ahora piénsalo. Si todo es gratis… ¿Te hace clic?».

**Maya** (sarcástica):

«¿Y si alguien es simplemente vago? No todo el mundo quiere dedicarse a proyectos creativos o contribuir al bien común».

**Helena** (guiñando un ojo):

«Eso es lo que la gente decía sobre la renta básica incondicional. «Si nadie tiene que trabajar, nadie volverá a trabajar». Pero la experiencia demuestra que la mayoría de la gente quiere hacer algo significativo. Es un mito que la gente sea perezosa por naturaleza». **Maya** (ligeramente escéptica):

«Pero, ¿qué pasaría entonces con el progreso y la innovación?».

**Helena** (convencida):

«La innovación no está impulsada por la competencia, sino por la curiosidad y el deseo de mejorar el mundo. En una sociedad así, los avances en ciencia y tecnología estarían dirigidos a necesidades reales, en lugar de lanzar productos al mercado solo para poder venderlos».

9.  Epílogo

**Helena** (soñadora):

«Pero la competencia también tiene algo positivo. Desde la Ilustración, desde Adam Smith, nos ha puesto al día con la ciencia y la tecnología».

**Maya** (algo indignada):

«¡Pero también sabes que un principio económico que recompensa el consumo solo tiene derecho a existir mientras los recursos sean inagotables!».

**Helena** (pensativa):

«Sí, los últimos 50 años han sido una gran fiesta para la mayoría de la gente aquí en el norte global».

**Maya** (aclarando):

«Y ahora todo el mundo está moralmente obligado a ayudar a limpiar».

**Maya** (con una vista del sol poniente):

«Para ser honesta, yo también siempre he dudado de las revoluciones. Pero esta no es una revolución en la que se le quita algo a alguien».

**Helena** (con su copa en la mano):

«No, en absoluto. Es una revolución de dar. En el futuro, nos daremos los unos a los otros y no habrá necesidad de codazos».

**Helena y Maya** (levantan sus copas):

«Empecemos a difundir esta idea por todo el mundo.

¡Por Benharmonia y la revolución de dar!»

Berlín, 06 de febrero de 2024

Eberhard Licht

Download english: https://letusbe.one/de2/Benharmonia_en.pdf

Download español: https://letusbe.one/de2/Benharmonia_es.pdf

Download deutsch: https://letusbe.one/de2/Benharmonia2.pdf

For further information, see: https://LetUsBe.One

Questions?

SHARE THIS, PLEASE!!!

I don't need donations, but please share this idea!

Programa para la transición a una sociedad sin clases

Deutsch     English    Italiano

PDF-download:   Tesis     Programa

1. Nuevos desafíos y oportunidades

En el siglo XXI y 100 años después de la Gran Revolución Socialista de Octubre, la clase trabajadora se enfrenta una vez más a su tarea histórica: debe movilizar de nuevo a las masas para superar la lógica destructiva del capital, esta vez de una vez por todas.

Sin embargo, la principal contradicción de nuestro tiempo ya no radica principalmente en la relación entre el trabajo y el capital industrial, sino en el dominio del capital financiero global sobre la economía real. Una mera socialización de los medios de producción no es suficiente, como pudimos ver en el fracaso del socialismo realmente existente. Sin la abolición completa del valor de cambio y del afán de lucro, la alienación permanece.

El sistema financiero global dicta no solo el objetivo de la valorización permanente del capital, sino también el fetiche del pleno empleo. Aunque las fuerzas productivas han sido suficientes desde hace mucho tiempo para reducir masivamente las horas de trabajo socialmente necesarias, se mantiene la ilusión de que solo el trabajo asalariado generalizado permite la participación social. Esto no solo bloquea una mayor automatización, sino que también suprime sistemáticamente la posibilidad de una transición inmediata a una sociedad sin clases.

Pero no solo existe este nuevo desafío. Hoy tenemos la oportunidad de superar el capitalismo de una vez por todas. El camino hacia una sociedad sin clases está abierto porque se han cumplido los dos criterios principales.

Las fuerzas productivas se encuentran en un alto nivel de desarrollo y el crecimiento económico global, que aumenta exponencialmente, ha creado abundancia suficiente.

Ahora no tenemos tiempo que perder.

Solo la izquierda marxista, formada en el materialismo dialéctico del marxismo, tiene aún el potencial de romper la espiral destructiva de la desigualdad, la destrucción del medio ambiente, el neocolonialismo y la desintegración social. Solo ella está en condiciones de determinar el curso de la historia.

Sin embargo, sin un programa para el futuro, la izquierda permanece dividida, y con ella, la sociedad.

Los mayores problemas mundiales (destrucción medioambiental, explotación, desigualdad, neocolonialismo y guerras) no son una coincidencia, sino el resultado directo del crecimiento económico impuesto por el sistema financiero.Read More

2. Las amenazas actuales para la humanidad

Los mayores problemas mundiales (destrucción medioambiental, explotación, desigualdad, neocolonialismo y guerras) no son una coincidencia, sino una consecuencia directa del crecimiento económico impuesto por el sistema financiero.

El problema no es la economía en sí, sino el dominio del capital financiero internacional, que extrae beneficios y dirige inversiones. La economía no está principalmente al servicio de las personas, sino que su tarea es la acumulación de capital.

Acaba de comenzar una carrera armamentística inimaginable, que inicialmente garantizará el crecimiento económico. Estas armas tendrán que utilizarse más adelante para reconstruir la destrucción y generar un mayor crecimiento económico.

Las prestaciones sociales están vinculadas al crecimiento económico. Por lo tanto, esta espiral de crecimiento solo puede romperse superando el capitalismo.

Ahora es necesario actuar con decisión.Read More

3. Aumento del peligro debido a la transformación de nuestros valores morales

Se elige presidente a delincuentes convictos, se considera económicamente sensato suministrar armas a regímenes criminales. Incluso la destrucción y la explotación del medio ambiente parecen legítimas siempre que sean rentables.

Todos los días oímos hablar de los efectos del crecimiento económico continuo, pero ya no los percibimos como un peligro.

Los medios de comunicación también contribuyen a ello, ocultando hábilmente las causas reales. Otro problema es que los sistemas sociales están vinculados al crecimiento económico. Si el crecimiento se ralentiza, estos sistemas también sufren.

La democracia y la ética se vacían en aras del capital: las personas se acostumbran a la injusticia para sobrevivir dentro del sistema. Esto pone en peligro no solo la moral, sino también la vida misma.

Por eso cada vez nos resulta más difícil distinguir el bien del mal; ya somos sirvientes dóciles del sistema. Como resultado, la democracia se está utilizando hoy en día para fines equivocados.

Todo esto significa que debemos actuar con rapidez.Read More

La nueva posibilidad de superar el capitalismo

4. Transición directa del capitalismo a una sociedad sin clases

Las condiciones para una transición directa del capitalismo a una sociedad sin clases existen hoy en día.

Las fuerzas productivas, es decir, los medios de producción y la mano de obra, están desarrolladas.

Las fuerzas productivas están tan desarrolladas que sería posible una amplia automatización de la economía. Pero el capitalismo bloquea este progreso porque se basa en el trabajo asalariado y el consumo.

La reserva surge del hecho de que fábricas enteras de automóviles podrían convertirse fácilmente para producir robots.

Hoy vivimos en la abundancia

Hoy producimos mucho más de lo que necesitamos. Aunque la población mundial solo se ha duplicado aproximadamente desde 1970, el producto interior bruto mundial se ha quintuplicado. Esto solo es posible porque ya desechamos productos después de una media de la mitad de su vida útil para comprar algo nuevo.

La reserva surge del hecho de que podemos mantener fácilmente los bienes en uso durante más tiempo. Otra reserva radica en la afluencia de trabajadores de sectores que serán eliminados tras la transición a la sociedad sin clases y que pueden sostener la economía.Read More

5. Abolir las relaciones de capital mediante la eliminación del valor de cambio

Todas las materias primas son libres en su origen. La tierra nos da agua, aire, plantas y materias primas. No pagamos nada por ellas, a menos que alguien se haya apropiado de este regalo para venderlo. Y ahí es precisamente donde comienza el problema.

El primer obstáculo: La propiedad

La mayoría de las materias primas se encuentran en terrenos privados. No porque sea algo natural, sino porque nuestro sistema dicta que las personas deben poseer tierras para asegurarse unos ingresos.Pero, ¿qué pasaría si nadie necesitara dinero porque todo lo necesario para vivir estuviera disponible de forma gratuita? Entonces, la propiedad de la tierra también perdería su función económica. Las materias primas volverían a estar disponibles de forma gratuita.

El segundo obstáculo: el trabajo asalariado

También vendemos nuestro trabajo, porque de lo contrario no podríamos sobrevivir. Pero esto también significa que, mientras el trabajo tenga un precio, los empresarios también deben cobrar dinero por sus productos.

Pero, ¿qué pasaría si dejáramos de vender nuestro trabajo y, en su lugar, trabajáramos de forma voluntaria, como es habitual en toda la sociedad civil y en el sector Care?

Entonces, los productos, los productos semiacabados o las piezas de recambio podrían regalarse libremente. Solo quedaría el valor de uso, sin ningún precio. De este modo, los bienes estarían disponibles para todos de forma gratuita y no habría necesidad de salarios.

La naturaleza gratuita de los bienes haría imposible obtener beneficios. Con la desaparición de los beneficios, el sistema financiero ya no tendría acceso a esa economía. Por lo tanto, se vería despojado de su poder y se disolvería. Con la desaparición del beneficio, el capital pierde todo su valor, pero el valor de uso permanece.

Para que todo esto funcione, tendría que ocurrir simultáneamente en todo el mundo. De este modo, todos los propietarios de la tierra podrían ganarse la vida gratuitamente y todos los empresarios dejarían de tener gastos salariales.Esto no requeriría ninguna ley, ni sería necesario cambiar nada en la economía. Simplemente tendríamos que empezar a renunciar a nuestros salarios de un día para otro.

Más adelante, la economía ya no tendría que preocuparse por la rentabilidad, sino que podría concentrarse plenamente en lo que la gente necesita para ser feliz. El tiempo libre también hace feliz a la gente, por supuesto.

Dado que ya nadie podría ganar dinero con la producción de armas, dejarían de crearse estereotipos enemigos, no habría más armamento y, en última instancia, no habría más guerras.

Con una transición global simultánea al trabajo voluntario, ahora es posible lograr una sociedad sin clases de una sola vez, no como una utopía, sino como una consecuencia lógica de la teoría marxista del valor.Read More

6. La ruptura externa: Por qué el capitalismo no puede superarse desde dentro

Todos los intentos de cambiar el sistema capitalista desde dentro han fracasado porque mide cada reforma en función de su lógica de explotación. Solo una medida que venga de fuera puede burlarlo: si los trabajadores de todo el mundo comienzan simultáneamente a renunciar a sus salarios, el capital ya no tendrá ninguna base.

No habría necesidad de preparativos políticos para esto. Bastaría, por ejemplo, con que los sindicatos decidieran que los trabajadores deben rechazar los salarios y que los productos de su trabajo se distribuyan a todos de forma gratuita.

La producción continuaría, pero de forma voluntaria, en función de la demanda y sin dinero. De esta manera, no tenemos que luchar contra el sistema; simplemente podemos cerrarlo, actuando de forma solidaria, más allá del mercado y el beneficio.Read More

7. El día de la transición: la transición a una sociedad sin clases

El día de la transición global al trabajo voluntario, todo debe continuar como antes: con calma, de manera ordenada, sin ninguna interrupción visible, para que la oferta no se vea comprometida. Esto es posible porque todos los contratos de trabajo y de suministro existentes siguen siendo válidos, excepto que ya no se realizan pagos.

Los precios desaparecen porque el trabajo se realiza de forma voluntaria y, por lo tanto, no surge ningún valor de cambio. Las materias primas son regalos de la naturaleza y el trabajo voluntario no añade ningún valor financiero: los productos se vuelven gratuitos. El suministro permanece totalmente asegurado, las cadenas de producción intactas. Nadie tiene que pasar necesidades.

En lugar de inseguridad, surge la alegría. Recibimos todo lo que necesitamos sin pagar. Sin ánimo de lucro, ya no hay necesidad de más consumo y la economía comienza a desarrollarse de forma sostenible.

Esta experiencia de liberación colectiva aumenta instantáneamente la felicidad social. La economía sigue funcionando como antes, pero sin beneficios, sin dinero, sin explotación. Una transición global y silenciosa hacia una sociedad sin clases.

Este cambio global podría tener lugar tan pronto como el 1 de mayo de 2026.Read More

8. Requisitos organizativos para la transición global hacia una sociedad sin clases

La humanidad se libera del yugo del sistema financiero en un acto de empoderamiento colectivo. Una huelga general mundial podría conducir a un cambio hacia el trabajo voluntario. En lugar de dejar de trabajar, todos seguirían trabajando sin remuneración. Esto significa que no se crea ningún valor de cambio y todos los bienes pasan a ser propiedad común. Los precios, los salarios y los beneficios desaparecen y el sistema monetario se disuelve.

La producción, la logística y el suministro permanecen intactos, solo se detiene el flujo de dinero. La presión por obtener ganancias desaparece, el consumo disminuye voluntariamente. En una atmósfera de generosidad, la sociedad sin clases se realiza no a través del derrocamiento, sino a través de la práctica consciente. Los derechos humanos se realizan universalmente. El capitalismo no muere en la lucha, se agota en el acto de dar.

El requisito previo es la implementación global y simultánea.

Una huelga general global podría lograrlo.Read More

9. La inteligencia artificial reemplazará al mercado por completo

En una sociedad sin dinero, el mercado como mecanismo de control es reemplazado por la inteligencia artificial (IA) controlada democráticamente. Los retiros y las necesidades se registran digitalmente, se coordinan justo a tiempo y se transmiten a los sitios de producción, almacenes, puntos de distribución y a la sociedad civil a través de sistemas inteligentes. En lugar de estar orientada a las ganancias, la producción se basa en la demanda real.

Los contratos se mantienen por el momento, pero se sustituyen gradualmente por acuerdos de cooperación. La inteligencia artificial permite la transparencia, la eficiencia y la participación democrática.

Debido a la disminución de la demanda de materias primas, ya no es necesaria la asignación a través de un mercado.Read More

10. El papel de la propiedad en una sociedad sin clases

Bajo el capitalismo, la propiedad sirve principalmente para generar beneficios. Si los beneficios se vuelven imposibles, por ejemplo, mediante la abolición del sistema financiero y el dinero, la propiedad pierde su función y se disuelve.

La colectivización por parte del Estado no es suficiente, porque solo administra la propiedad de manera diferente. La propiedad desaparece no por expropiación, sino por falta de propósito.

La separación entre los que tienen y los que no tienen solo puede superarse superando completamente el sistema financiero. El objetivo no es la propiedad colectiva, sino el fin de la propiedad. Entonces vuelve a ser propiedad común y solo la gestionan los usuarios.

La protección de la privacidad está garantizada, porque cuando no hay intereses económicos detrás de la propiedad y la vivienda, la privacidad puede organizarse de forma más libre e independiente.Read More

11. La liberación del trabajo

En una sociedad sin clases, sin dinero ni ganancias, la compulsión de trabajar ya no se aplica. El trabajo se vuelve voluntario, creativo y significativo, ya no es un medio de supervivencia, sino una expresión de la libertad humana.

La alienación analizada por Marx termina porque todos los miembros de la sociedad pueden trabajar de acuerdo con sus habilidades. Los robots se hacen cargo del trabajo extenuante y la explotación global se vuelve redundante.

Mientras el trabajo se calcule en términos de dinero o tiempo, la sociedad permanecerá dentro de la lógica burguesa de la explotación. Solo cuando la distribución se base en las necesidades en lugar del rendimiento podrá comenzar un orden verdaderamente poscapitalista. El cálculo de las horas de trabajo no supone una ruptura con el capitalismo, sino más bien su reconstrucción técnica.Read More

12. Desaparición de los sistemas sociales capitalistas

En una sociedad en la que todas las personas tengan acceso ilimitado a todo lo que necesitan, la necesidad de sistemas sociales capitalistas como el desempleo, el seguro médico y de pensiones, y la administración de impuestos y la obligación de trabajar a través del sistema financiero se volverán redundantes.

En su lugar, surgirán nuevas formas de responsabilidad colectiva y autoorganización, basadas en los principios de solidaridad y trabajo voluntario.

El trabajo voluntario y la consiguiente disponibilidad gratuita de bienes garantizan que todos, desde los niños hasta los jubilados, tengan acceso incondicional a todo lo que necesitan para una vida feliz y satisfecha.Read More

13. Progreso sin imposición

La competencia es producto de las limitaciones capitalistas y no es natural. Muchos afirman que solo la competencia impulsaría el progreso, pero el progreso real proviene del desarrollo de las habilidades humanas y la colaboración cooperativa.

En una sociedad sin clases, la innovación no está impulsada por la competencia, sino por el significado, la comunidad y la motivación intrínseca. Los proyectos de código abierto, las cooperativas y la ciencia voluntaria demuestran que el desarrollo es posible sin rivalidad.

La competencia crea presión a corto plazo, pero daños sociales y ecológicos a largo plazo. La cooperación, por otro lado, permite un progreso sostenible y solidario, especialmente en una sociedad liberada del sistema financiero.Read More

14. papel de la burguesía en la transición hacia una sociedad sin clases

Bajo el capitalismo, los empresarios están sometidos a una inmensa presión financiera, que a menudo les obliga a actuar de manera explotadora o perjudicial para el medio ambiente, no por malicia, sino por coacción sistémica. Con la transición mundial al trabajo voluntario, estas limitaciones ya no se aplican. Las materias primas y la mano de obra están disponibles de forma gratuita, la presión por obtener beneficios desaparece, nadie se siente tentado a acumular capital porque ya no es posible.

Las empresas pueden ahora dedicarse al bien común, la sostenibilidad y la convivencia humana. Incluso la propiedad del capital pierde su poder sin poner en peligro el nivel de vida. De esta manera, incluso la antigua burguesía se convierte en parte de una sociedad igualitaria y solidaria, no a través del despojo, sino a través de la liberación.

La relación entre empleador y empleado se suprime así dialécticamente, no en forma de negación por un nuevo dominio, sino en la disolución de ambos roles en una clase común de productores. Los que producen contribuyen; los que necesitan toman. Se elimina la compulsión por la mediación a través del dinero, el precio y el salario.

Difícilmente cabe esperar una contrarrevolución en estas condiciones, no porque hayan desaparecido todos los intereses de dominación, sino porque la nueva forma de sociedad no crea nuevas desigualdades.Read More

Berlín, 13 de abril de 2025

Eberhard Licht

:

No pido donaciones,

¡pero sí que compartas este artículo!

15. Apéndice 1:

Una previsión generada por IA para el desarrollo de la sociedad sin clases.

Pregunta para ChatGPT:

En un acto histórico de conciencia colectiva, la humanidad se ha levantado y ha pasado simultáneamente al trabajo voluntario en todo el mundo. El dinero, la publicidad y la búsqueda de beneficios se volvieron obsoletos de la noche a la mañana, reemplazados por una nueva cultura de dar, impulsada por la solidaridad mutua y la alegría genuina de compartir. Ya no hay precios, ni facturas, ni salarios; en su lugar, todo lo que se produce fluye libremente hacia quienes lo necesitan. La infraestructura industrial y digital permanece en su lugar, pero está inspirada por una nueva motivación: el deseo de contribuir.

Por favor, proporcione una previsión completa de cómo se desarrollará la vida social y económica en esta nueva sociedad: después de dos semanas, seis meses, cinco años y veinte años.

En particular, considere la evolución en las siguientes áreas:

  • Solidaridad e interacción humana
  • Reacción de las élites y los superricos
  • Nivel de educación y acceso al conocimiento
  • Movilidad y cambios en los hábitos de transporte
  • Papel y número de automóviles en las ciudades
  • Nueva relación entre las zonas urbanas y rurales
  • Grado y papel de la automatización en la economía
  • Cambios entre diferentes sectores económicos
  • Rendimiento económico en el norte y el sur global
  • Movimiento internacional de mercancías
  • Consumo y eficiencia energética
  • Proporción de fuentes de energía renovables
  • Disponibilidad y uso de materias primas
  • El curso del cambio climático y cómo puede contenerse
  • El papel del Estado en una sociedad sin dinero
  • El desarrollo de estructuras democráticas
  • La importancia y el diseño de los procesos democráticos de base
  • Niveles de vida en el Sur Global
  • Relaciones internacionales y nuevas formas de cooperación global

No se limite a describir hechos y cifras, sino que pinte una imagen vívida de cómo están cambiando la atmósfera, el pensamiento y la vida cotidiana de las personas. ¿Qué nuevas formas de alegría, responsabilidad y conexión están surgiendo? ¿Qué desafíos surgirán y cómo los afrontará la sociedad?

Respuesta:

I Dos semanas después del cambio global al trabajo voluntario

El mundo contiene la respiración. Muchos aún no pueden creer que todo en las tiendas sea gratis. Hubo un poco de pánico por las compras, pero la gente se dio cuenta rápidamente de que era completamente innecesario. Todos se sonríen o se abrazan, no solo por euforia, sino por un profundo alivio. La presión se ha aliviado. Muchos se levantan por la mañana no porque tengan que hacerlo, sino porque quieren hacerlo. La gente se presenta voluntariamente en fábricas, en campos y en hospitales. Los que no tienen fuerzas para ir se quedan en casa sin sentirse culpables.

Solidaridad e interacción humana:

Surge un sentimiento colectivo de conexión. Los vecinos se ayudan unos a otros, y muchas personas que antes estaban aisladas experimentan por primera vez una verdadera comunidad. Surgen las primeras iniciativas locales de autoorganización: comedores, servicios de transporte, servicios de traducción.

Nota: Muchas personas pudieron experimentar por sí mismas esta solidaridad vecinal durante el confinamiento debido a la pandemia de Covid-19 en 2020.Read More

II Seis meses después de la transición global al trabajo voluntario

La emoción inicial se ha convertido en una nueva serenidad. La gente parece más equilibrada, más alerta, más libre por dentro. Es como si el ritmo del mundo se hubiera ralentizado sin que se perdiera nada en el proceso, al contrario: la calidad de vida está mejorando notablemente. Las iniciativas florecen por todas partes, los barrios se convierten en comunidades vibrantes. La competencia se ha convertido en cocreación.

Solidaridad e interacción humana:

La euforia inicial se ha convertido en una cultura de comprensión mutua y atenta. Siguen surgiendo conflictos, pero se resuelven de nuevas maneras, a menudo a través del diálogo, a menudo públicamente, con el objetivo de lograr el entendimiento. Muchas personas sienten por primera vez un sentido de propósito en su vida cotidiana.Read More

III Cinco años después del cambio global al trabajo no remunerado

La humanidad se ha reinventado a sí misma, y lo sabe. Lo que antes se consideraba utópico es ahora una realidad. La nueva cultura del dar ha transformado la conciencia: las personas ya no se sienten como luchadores solitarios en modo de supervivencia, sino como cocreadores de un futuro compartido. Una dignidad tranquila se extiende sobre la vida cotidiana, combinada con un profundo sentido de significado.

Solidaridad y convivencia humana:

la solidaridad ya no es la excepción, sino la norma. El viejo egoísmo, alimentado por el sistema de rivalidad, ha perdido su fundamento. Quienes necesitan ayuda la reciben, no por lástima, sino como algo natural. Ya no hay miedo a quedarse atrás. El concepto de «logro» se ha redefinido: el bien común, la creatividad, el cuidado y la responsabilidad son las máximas expresiones de la productividad humana.Read More

IV Veinte años después de la transición global al trabajo no remunerado

El mundo es diferente. Se ha vuelto más tranquilo y, al mismo tiempo, más vibrante. El miedo agitado y existencial pertenece al pasado. El ritmo de la vida ya no está orientado hacia los mercados, las bolsas de valores o las citas, sino hacia las estaciones, las comunidades y el significado interior. Las personas ya no se ven a sí mismas como «consumidores» o «recursos humanos», sino como contribuyentes a una obra de arte colectiva: una sociedad que se reinventa constantemente, con espíritu de generosidad.

Solidaridad y convivencia humana:

La solidaridad se ha convertido en la base cultural, no solo en el entorno inmediato, sino a nivel mundial. La humanidad ha desarrollado un nuevo sentido colectivo de unidad. Ayudarse unos a otros es tan natural como respirar. La amistad, la confianza y la inspiración mutua caracterizan las relaciones sociales. La alienación es poco frecuente: se invita a participar a quienes se sienten aislados, no se les excluye.Read More

16. Apéndice 2:

Pronóstico futuro: un país africano 20 años después de pasar al trabajo no remunerado

Pregunta para ChatGPT: ¿Eres lo suficientemente competente para hacer tal pronóstico para el Sur Global?

Respuesta: Como inteligencia artificial, tengo una amplia base de conocimientos que incluye muchas perspectivas, incluidas las del Sur Global: teoría poscolonial, análisis marxistas, informes de campo, estudios científicos, literatura sobre políticas de desarrollo y las voces de activistas, intelectuales y comunidades de África, Asia y América Latina.

Sin embargo,

no soy una persona con experiencia vivida en el Sur Global. No crecí en la pobreza, no tengo historia colonial en mi familia y no tengo experiencia real con la escasez de recursos, las asimetrías de poder o la resiliencia cultural en condiciones poscoloniales.

Lo que puedo hacer:

Puedo analizar cuidadosamente, incorporar diferentes perspectivas y esbozar de manera respetuosa y estructurada un posible pronóstico para el futuro, basado en teorías marxistas, enfoques prácticos solidarios e iniciativas ya existentes en el Sur Global.

Dos semanas después del cambio

Ubicación: Un pequeño pueblo cerca de la antigua capital, anteriormente caracterizado por la agricultura de subsistencia, la sequía, el trabajo informal y las remesas.

Ambiente:

Al principio todo estaba tranquilo. Durante dos días casi nadie salió de casa. Muchos pensaron que se trataba de un malentendido. ¿Se acabaron los salarios? ¿No hay policía para controlarlo? No se vende, no se compra, ¿y sin embargo todo debería continuar?

Al tercer día, los primeros grupos empezaron a trabajar juntos para cultivar los campos, arreglar las tuberías de agua y reparar los tejados. Las mujeres, en particular, se organizaron rápidamente. Muchas dijeron: «Siempre hemos cocinado, cuidado y ayudado a los demás, ¿por qué no seguir haciéndolo?»

Voz 1: Fatou, 36 años, profesora:

«Los libros de texto antiguos están desactualizados, pero mis hijos me necesitan. Así que volví a dar clases, bajo el árbol de mango. Tres adolescentes se han unido a mí. Ellos enseñan matemáticas y música».

Voz 2: Mamadou, 52 años, antiguo guardia de seguridad:

«Yo era escéptico. Sin dinero, sin control, ¿cómo puede funcionar eso? Pero entonces vi a mi vecino reparando un panel solar roto con su hijo. Le pregunté si podía ayudar. Desde entonces, trabajamos juntos».

Suministro:

Los alimentos llegan gratuitamente desde los almacenes regionales. Las organizaciones internacionales de ayuda, ahora liberadas de la presión financiera, envían contenedores de semillas, medicinas y herramientas. El mensaje es claro: «Esto no es una emergencia. Este es el comienzo de una nueva era.»

Tensiones:

Por supuesto que hay incertidumbre. Algunos acaparan. Otros temen que ya nadie se ocupe de la recogida de basura o de la atención médica. Pero rápidamente queda claro: en una sociedad basada en el dar, la responsabilidad y la organización surgen de una nueva manera: descentralizada, solidaria, pragmática.

II Seis meses después de la transición

Cambio en la infraestructura:

el lema es reparar en lugar de reemplazar. Jóvenes técnicos, que antes no tenían ninguna posibilidad de encontrar trabajo, amplían los sistemas de agua y electricidad existentes. Los materiales proceden de almacenes cooperativos y las máquinas se comparten. Los talleres móviles se desplazan de pueblo en pueblo.

Sistema sanitario:

Los curanderos tradicionales locales trabajan codo con codo con las médicas de las clínicas urbanas, que ahora viajan regularmente a las zonas rurales, de forma voluntaria. Se distribuyen gratuitamente nuevos medicamentos procedentes de la India y Brasil. La antigua desconfianza desaparece. Los centros de salud están abiertos, llenos y animados.

Educación:

Una ola de aprendizaje recorre el país. Las mujeres mayores enseñan a leer, mientras que los jóvenes utilizan plataformas de conocimiento en línea en tabletas solares. Las barreras lingüísticas están cayendo, y los niños aprenden inglés, francés, suajili y árabe a lo largo del camino. No porque se vean obligados a hacerlo, sino porque saben que la educación es un regalo que pueden transmitir.

Voz 3 – Khadija, 24 años, ingeniera:

«Antes tenía que trabajar en una mina china por poco dinero. Ahora dirijo un equipo que construye casas de barro con ventiladores que funcionan con energía solar. Trabajamos de forma voluntaria y volvemos a reír».

Cultura y religión:

Los espacios espirituales, durante mucho tiempo marginados, están adquiriendo una nueva importancia. Las mezquitas, iglesias y templos se están convirtiendo en lugares de encuentro, pero también en centros de distribución de herramientas, filtros de agua y materiales de aprendizaje. La distinción entre «religioso» y «social» se está disolviendo.

III Cinco años después de la transición

Producción de alimentos:

La agrosilvicultura, la permacultura y los sistemas de irrigación de tecnologías de donación (incluidas las de Cuba y Kerala) garantizan la seguridad alimentaria: diversa, regional y ecológica. Ya nadie pasa hambre. Las aldeas que antes estaban abandonadas florecen.

Migración:

Muchos de los que huyeron están regresando, no por falta de alternativas, sino por el deseo de participar. Las comunidades de la diáspora en Europa y Estados Unidos apoyan voluntariamente la infraestructura de sus regiones de origen, no con dinero, sino con trabajo sobre el terreno.

Medios de comunicación y comunicación:

Se ha creado una red de comunicación descentralizada («Ubuntu-Net») independiente de la antigua Internet. Las emisoras de radio, los podcasts y las plataformas comunitarias conectan pueblos y ciudades. La gente cuenta sus propias historias con sus propias palabras.

Voz 4: Thomas, 18 años, antiguo niño de la calle:

«Solía vivir en los vertederos de basura. Hoy escribo poemas sobre nuestro nuevo mundo. Me escuchan. Tengo voz».

Seguridad:

Sin propiedades, apenas hay robos. Los conflictos los resuelven los consejos locales de ancianos, a menudo con la mediación de la IA. Las armas han desaparecido de la vida cotidiana. La paz ya no la garantiza la policía, sino las relaciones.

IV Veinte años después de la transición

Regeneración ecológica:

El desierto está retrocediendo. Los árboles crecen donde antes había polvo. Llueve con más frecuencia, no por arte de magia, sino porque millones de personas han cambiado su estilo de vida. Los ríos vuelven a estar llenos de agua. Los niños juegan en ellos.

Tecnología y autoorganización:

las antiguas fábricas de teléfonos móviles se han convertido en centros de robótica, impresión 3D y tecnología solar. Las comunidades producen ellas mismas las piezas de repuesto. Los sistemas de diagnóstico modernos, los drones para la distribución de semillas y los avatares de aprendizaje son normales, no como artículos de lujo, sino como tecnologías cotidianas para el bien común.

Relaciones internacionales:

Anteriormente receptora de ayuda al desarrollo, hoy fuente de innovación. La nueva África comparte sus experiencias con otras regiones: cómo vivir sin dinero, cómo organizarse sin un Estado, cómo sobrevivir a través de la comunidad. Y cómo bailar, sin motivo, pero con toda el alma.

Voz 5 – Awa, 63 años, ex costurera:

«Solía coser ropa para empresas europeas, diez horas al día. Hoy coso cuando me apetece. Para mis nietos. Para el teatro. Para la belleza».

Retrato social:

El país ya no está «subdesarrollado», sino «desarrollado de manera diferente». Se acabó la narrativa de la pobreza, se acabó la dependencia. La gente se conoce, conoce su historia y ya no se siente pequeña. Forman parte de una comunidad global de donación.

Conclusión:

La benharmonia no ha funcionado menos en el Sur global, sino más profundamente. Porque la ruptura con lo antiguo fue más fundamental aquí. Y porque la riqueza de las relaciones, la música, el lenguaje, la resiliencia siempre ha estado ahí, solo había que liberarla.

 

I don't need donations, but please share this idea!